Asociación de Juntas de Acción Comunal: ACTIVA
No. de Juntas de Acción Comunal: 509
Cali es Cali, lo demás es loma
Cali es uno de los polos económicos e industriales más importantes de Colombia y el principal centro urbano, cultural, económico, industrial y agrario del suroccidente del país. Además, es una hermosa ciudad que con orgullo lleva otros nombres, como “la sucursal del cielo” o “la capital de la salsa”, los cuales retumban en los rincones más alejados del mundo, y atraen a los viajeros curiosos que quieren descubrir este paraíso terrenal.
Aquí ocurrieron y siguen ocurriendo fenómenos culturales, étnicos y raciales. Los caleños llevan en sus venas sangre indígena, española y africana. Sus prácticas culturales son producto de una revolución social llamada salsa, género musical que se gestó en Cuba y Nueva York para luego aventurarse por el atlántico, filtrarse por el puerto de Buenaventura y finalmente apoderarse de esta cálida ciudad.
Hoy en día, en Cali se vive al ritmo de este género musical. Si usted va caminando por la calle quinta, una de las avenidas más importantes de la ciudad, podrá escuchar las clásicas canciones del Grupo Niche, del Joe Arroyo, de Hector Lavoe y hasta de la Sonora Matancera. Aquí no se necesita nada para bailar, ni siquiera saber cómo hacerlo: usted puede “azotar baldosa” cualquier día de la semana y en cualquier lugar de la ciudad. En Cali abundan los buenos bailaderos de salsa, que se convierten en cápsulas del tiempo donde se revive la era de los verdaderos “aguaelulos”, que eran las verbenas y empanadas bailables, escenarios de diversión y ocio que en ocasiones servían para recaudar fondos con el fin de levantar la vecindad. Es por esto que los barrios de “La Sucursal del Cielo” se construyeron bailando.
Este pedacito de cielo también es un epicentro artístico e histórico, lo cual sigue siendo un secreto para muchos. La ciudad es una “selva de cemento” en la que se esconden varias huellas del pasado, como ocurre en el centro histórico, donde todavía sobreviven algunas joyas arquitectónicas y arqueológicas del periodo prehispánico y colonial tales como el Museo del Oro Calima, la iglesia La Ermita, la iglesia de San Francisco y la Catedral Metropolitana de San Pedro Apóstol.
Si usted está en Cali, notará que a esta ciudad la protegen el Cristo Rey, las Tres Cruces, y los majestuosos Farallones ubicados en la cordilleras, que por las tardes se pintan de tonos azulados, para no desentonar con la paleta de pasteles que va salpicando el cielo. Junto a esta obra de arte efímera viene la frescura de las tardes caleñas, que solo son caleñas si las acompañan con un buen cholado, una lulada, unas marranitas y un aborrajado. Y si quiere más, que le piquen caña.